miércoles, 2 de diciembre de 2009

Dando el cante


Las duchas ya no serán lo mismo, tendremos que entrar a ducharnos extremando precauciones. La SGAE nos vigila y espía para reclamarnos derechos de autor por todo, con lo que cantar en la ducha se convierte en un delito a la altura de Al Capone. Yo, cantador de ducha, temo estar en pleno proceso de enjabonamiento repasando a viva voz Il Divo y que aparezca en mi bañera un señor de la SGAE, parecido al tipejo del monopoli, con monóculo empañado por el vapor y que señalándome me diga : O pagas a la SGAE o vas a la casilla cárcel sin pasar por la salida.
Pagamos en la compra de un DVD o un CD un cannon por los derechos de autor. Es decir, yo acudo al centro comercial, compro un CD, del cual hago una copia para escuchar en mi coche y no se me estropee el original y soy un delicuente. Compro un DVD en blanco y me cobran un cannon por si decido utilizarlo para un contenido protegido, vamos me están cobrando por adelantado por una cosa que puede que no haga. Da igual que en el dispositivo que compres decidas hacer una copia de los archivos de tu trabajo, utilizarlo para una mesa coja o decorar el alfeizar de la ventana, es igual de absurdo que si los libreros cobraran un cannon al venderte un paquete de folios por si se te ocurre fotocopiar en ellos el Quijote, en vez de comprártelo.
Ahora la SGAE va a por las tunas, las bodas, los banquetes y las peluquerías. Demostrando que cualquier forma para recaudar dinero es válida. Cualquier día vendrán a nuestras casas a pedirnos que no pongamos la música sin auriculares para no perjudicar los derechos de los artistas al ser oídos por nuestros vecinos, en el país de la pandereta canciones ilustres como paquito el chocolatero desaparecerán, los pueblos en verano no tendrán orquesta y en las peluquerías solo te podrás refugiar en el HOLA.
Yo por si acaso ahora a la bañera me llevaré un Sudoku.

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