lunes, 28 de junio de 2010

El enemigo en casa


Estamos en unos tiempos en los que el catolicismo está siendo cuestionado constantemente, tiempos en los que la iglesia está en el ojo del huracán y en cambio parece que tenemos la habilidad de ponernos las cosas más complicadas.

En primer lugar, prelados, carmarlengos etc, deberían estar asesorados por directores de comunicación que gestionen la información que la Santa Sede emite.

En unos tiempos en los que las nuevas tecnologías permiten que la información llegue a todos los sitios hay que tener sumo cuidado con lo que se dice, declara o difunde.

La historia siempre se repite, clérigos, ovispos, etc hacen sus declaraciones de forma independiente, sin medir que sus palabras pueden entorpecer y perjudicar la imagen de nuestra iglesia.

En temas tan delicados como la pederastía, los terrenos de la iglesias, sus propiedades, postura frente al aborto, relaciones sexuales o cualquier tema la información debe ser filtrada y pulida por expertos.

Averguenza leer declaraciones del mismo Papa diciendo que no le parece bien los registros de sepulcros en la investigación de pederastia belga.

Los que amamos nuestra religión y nuestra iglesia sufrimos al leer estos titulares, el sentido común no está en contra de la iglesia, es la iglesia la que parece que ultimamente esté perdiendo el sentido común, alejandose de la sociedad y de sus propios fieles, con informaciones contradictorias, confusas.

La iglesia es falible ya que está llevada por seres humanos falibles pero no por ello debemos perdonar los propios errores, si nos atacan desde fuera, quitémosles los argumentos. Seamos los primeros en atacar los abusos, en defender la vida, en dar ejemplo.

De ese modo podrémos plantar batalla de la forma más honrada, con las fuerzas unidas.

No dejaremos espacio a aquellos que pretenden destruir la iglesia y sus feligreses, nosotros los feligreses nos ha llegado la hora de defender lo nuestro, la iglesia debe ser del pueblo y para el pueblo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario